domingo, 16 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN

Cuando hablamos de Inspiración Femenina, lo primero que tenemos que aclarar es que no estamos hablando sólo de mujeres. Hombres y mujeres estamos en la inspiración femenina. ¿Por qué? Si analizamos las dos palabras tenemos:
INSPIRACIÓN:
La inspiración es una fase de la respiración y todos respiramos, varones y féminas. Respiramos ¡gratis! un aire que no vemos, que no sabemos de donde viene… pero que nos da la vida. Y curiosamente, mientras estamos vivos no podemos dejar de respirar… También se dice que los artistas “se inspiran”; siendo que todos inspiramos, podemos decir que todos somos artistas. Estamos INSPIRADOS todos, queramos o no.
FEMENINA:
Resulta que varones y mujeres somos “feminos”. Ambos tenemos el cromosoma X, el varón es XY, la mujer XX.
O sea, es un barco en el que ¡estamos todos!
El objetivo de este grupo de trabajo -que está en Tian, y que desde hace 10 años viene investigando y dando seminarios en torno a este tema-, es indagar en la IDENTIDAD DE LO FEMENINO.
Porque las cualidades que tiene lo femenino no se conocen. Sí… sabemos rasgos, como que lo femenino es más sensible… que le gusta el sentido de la belleza… que suele arreglarse más… que lloramos más… Pero la verdadera naturaleza de lo femenino no la conocemos.
¿Por qué? Porque las condiciones en que se han desarrollado las sociedades patriarcales –desde hace más o menos 10.000 años- no han permitido que afloraran esas cualidades (en alguno de nuestros próximos artículos analizaremos cómo se produjo este acontecimiento)
Pero globalmente podemos decir que la sociedad patriarcal se ha desarrollado en una cultura guerrera, por tanto, violenta. Una sociedad guerrera implica la abolición de aspectos como la ternura, la solidaridad, lo holístico, y eso favorece sociedades de marcado carácter individualista. Toda el área de emociones, ternura, solidaridad, espiritualidad… comunicación -que son cualidades de la vida-, no se han expresado durante estos diez milenios. Por tanto: están, pero dormidos. Están, pero olvidados. Y lo que es peor, no tienen valor en una sociedad en la que predomina lo competitivo.
Curiosamente, desde hace un siglo aproximadamente, la mujer se ha “incorporado al mundo”. Hasta entonces había trabajado ¡y mucho!, pero sus tareas eran en el hogar. Su incorporación al mundo no fue fruto de una evolución humanista de la sociedad ni una necesidad de contar con lo fémino, ¡no! Fue una necesidad de carácter económico de la incipiente sociedad industrial. Hacía falta mucha mano de obra, a poder ser barata -y, por tanto, no cualificada- y ésa era la mujer. La supuesta “liberación de la mujer” no fue tal sino que, más bien, fue un interés social y económico el contar con ella. Hablaremos también de ello más adelante.
Esa incorporación de la mujer al mundo podría haber traído la incorporación del lado femenino, tanto de varones como el de mujeres, pero era obvio que había que mantener los criterios económicos y competitivos, ¡se trataba de una revolución industrial, no de una revolución humanista! Por tanto, los valores femeninos no eran un buen aporte y siguieron en la sombra.
La consecuencia para la mujer fue que ella tuvo que adoptar la forma de pensar del varón a la hora de realizar el trabajo, de organizar las actividades, de planificar la economía… Ustedes pregúntense por qué el mundo sigue siendo el mismo a pesar de que millones de mujeres todos los días se incorporan a sus puestos de trabajo. Los paradigmas siguen siendo los de los señores de la guerra.
El mundo ha ido muy deprisa. La aparición de la mujer en todas las esferas de la vida actual es una evidencia: Ya hay más empresarias que empresarios, ya hay más médicas que médicos... secretarias, ministras... científicas... El problema es que la mujer tiene un estilo masculino. Le surge por imitación al varón, a quien sigue considerando superior, por eso le imita.
La mujer se va a ir haciendo cargo de las cosas, pero si lo hace desde el rol masculino, la resultante, a la larga, no va a ser auténtica, porque es una imitación.
Hoy día, en que se dan signos claros de una posible desaparición de la especie; hoy día, en que se van cayendo -como si de un castillo de naipes se tratara- los paradigmas religiosos, económicos, culturales, sociales, de comunicación, etc., que durante siglos han mantenido la sociedad, y viendo que no hay ideas de recambio que supongan de verdad un cambio en los planteamientos, creemos que es urgente e imperioso que afloren las cualidades de femenino de humanidad.
Porque esas cualidades femeninas son reflejo de cómo se comporta la vida: con solidaridad, con estructuras que se comunican, que no son excluyentes, que buscan el bien común -no el beneficio propio-, en las que predomina la belleza… en donde la razón se acaba para dar paso a la emoción. No es un mundo idílico, es un mundo ¡real!, como espejo de la Creación.
Por ser la mujer "XX", por ser la depositaria de la vida, le corresponde descubrir esa identidad dormida y silenciada. Creemos que, en estos momentos de caos y decrepitud, la historia la está aguardando para que pueda ofrecer –desde su inspiración- nuevas coordenadas que lleven a la humanidad a poder vivir sin miedo, sin ataduras, sin esclavismos.
Y desde esta escuela de sanación promovemos esta búsqueda porque, la manera de plantear la vida que hasta ahora ha tenido la humanidad, no ha sido saludable. Sólo hace falta mirar a nuestro alrededor -o mirarnos a nosotros mismos- para descubrirnos como seres enfermos. Y "enfermedad" no es sólo la peste, la gripe, el cáncer o el Sida, "enfermedad" también es el hambre, la pobreza, la falta de cultura.

Desde la inspiración femenina no se cree en la guerra de los sexos. Eso es un planteamiento que no está por la vida. Más bien pensamos que somos especies diferentes, con cualidades diferentes… ni mejores ni peores. La expresión de una emoción es hermosa, pero a veces es necesaria la razón… La vida se organiza con un criterio de interrelación, no de predominio; y es gracias a ello que evoluciona.

Somos seres sexuados, somos dos especies, y la interrelación de ambos -bajo criterios de NO DOMINANCIA de ninguno sobre el otro- es lo que puede hacer que la especie evolucione hacia nuevos rumbos. El camino es -más bien- ver cómo, en común, podemos hacer algo nuevo.
El grupo "Inspiración femenina" se forma para dar respuesta a la identidad de la mujer, para descubrir esas facetas que están sin descubrir; o que estaban ahí pero no se han puesto de manifiesto; o estaban ahí y no han sido utilizadas.
El aporte que lo femenino -encarnado en la mujer- puede y ¡debe hacer! en estos inicios del siglo XXI, pueden ser determinantes para un nuevo amanecer. Y no hay que vivirlo como heroínas... eso es protagonismo paternalista; debemos vivirlo con la entrega y el amor que nos caracteriza como mujeres-madres.
¡Mujeres y Hombres! ¡Bienvenidos a la Inspiración Femenina!

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