“Aunque tu marido te sea infiel, la verdadera prueba de amor
es seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz”.
Esta frase y otras como “las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso
es amor”, o “el aborto en el caso de violación no es tolerable porque dentro de
lo terrible de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios”,
colmaron este martes la capacidad de aguante de buena parte de los alumnos de
la clase de Doctrina Social de la Iglesia que impartió ayer Gloria Casanova,
profesora de la Universidad Cardenal Herrera-CEU de Moncada (Valencia).
Les mostramos el inicio de este artículo que no tiene
desperdicio, justo aparecido en plena semana santa, en el tiempo en el que,
oficialmente, recordamos la pasión y la muerte de Cristo… y sólo
anecdóticamente, la resurrección.
Como pueden leer en el artículo, los responsables de la
universidad se han apresurado a lavarse las manos alegando la “libertad de
cátedra”. Por estar acorde a estos
días, recordamos a otro personaje que se lavó las manos: Poncio Pilatos, y
quedó como uno de los malos de la película. Evidentemente, los estudiantes han
hecho sus protestas.
Cierto es que este tiempo de semana santa se ha convertido,
de religioso, en vacacional; y que creemos que estamos liberados de la opresión
de la Iglesia, que en otro tiempo prohibía cualquier expresión de alegría en
estas fechas, incluso la música que no fuera sacra. ¡Ahora hacemos lo que
queremos!
Sí… y no. Seguimos viviendo en una cultura judeocristiana,
con un clarísimo paradigma de sufrimiento, dolor, enfermedad. Y, queramos o no,
esto sigue gravitando sobre nuestras vidas, y muestra de ello son estas
declaraciones que, aunque en una universidad católica, sorprenden a alumnos y
lectores de la noticia.
No nos hemos liberado, simplemente hemos enmascarado los
mensajes. Pero siguen dentro de, nos atreveríamos a decir, la mayor parte de la
población, al menos femenina. Las mujeres maltratadas denuncian el maltrato en
un porcentaje pequeño; abandonan al maltratador también en un porcentaje
pequeño. La mayoría de ellas aguantan, dan segundas, terceras y quintas
oportunidades… Sin decirlo, están
pensando algo parecido a lo que dijo la profesora del artículo.
La homofobia, que era otro de los temas de la citada
profesora, no está de moda, pero se ejerce, y muchas veces con mucha crueldad.
Y creemos que no hacen falta datos para apoyar esta afirmación, puesto que
todos conocemos casos.
Esto son casos extremos, aunque muy frecuentes. Pero el
paradigma del sufrimiento se cuela en todas nuestras vidas. Parece que si no
sufrimos por nuestros hijos, es que no los queremos lo suficiente; que si no
sufrimos los celos, es que no amamos; que si en el trabajo no nos sacrificamos,
no hacemos lo suficiente. ¡Seguimos afiliadas al sufrir!
No vayan a creer nuestras lectoras que estamos defendiendo
las posturas de Gloria Casanova, pero recordemos que era una clase de “doctrina
social de la Iglesia”, impartida en un centro católico y que, al fin y al cabo,
estas son las ideas sociales que la Iglesia católica nos lleva transmitiendo
desde hace siglos.
Por tanto, nuestra propuesta no es juzgar o entrar en el
debate (como proponen las autoridades universitarias) de lo que ha dicho una
determinada persona, sino tomar consciencia de lo que todavía pesa esa doctrina
social de la Iglesia sobre todos nosotros. Aunque tomar consciencia no
significa abolirlo, es el primer paso.
Si sólo protestamos por lo que otros dicen, sin analizar bien
lo que nosotras sentimos o lo que sienten las mujeres que están a nuestro
alrededor, seguiremos enmascarando este terrible paradigma.
¡Saludos chicas! Os adjunto esta petición de juntar firmas que nos han enviado hace una semana:
ResponderEliminarFernando Blázquez, el creador de la petición que reclama a la Universidad CEU - Cardenal Herrera el despido inmediato de la profesora Gloria Casanova... Más de 100.000 personas han firmado mi petición para exigir el despido de una profesora que hace apología de la violencia machista y de la discriminación contra homosexuales durante el transcurso de sus clases en la Universidad CEU - Cardenal Herrera.
Los responsables de la Universidad se han desmarcado de las extremistas declaraciones de la profesora y ésta ha decidido dejar de dar clase al curso con alumnos más críticos, pero sigue con sus tareas docentes en muchos otros grupos. Aunque son avances relevantes, no podemos dejar que esta situación permanezca así para muchos otros estudiantes: las instituciones privadas también están obligadas a hacer respetar las leyes y valores en un Estado democrático y de Derecho. No todo vale.