Imposible no hacer eco en nuestro blog de la
noticia que nos tiene conmovidas desde hace un mes, y que venimos siguiendo con
el corazón en la mano, a propósito de la cruel y terrible violación en
India. A este propósito, además de
nuestra visión, queremos compartir con vosotros, por su interesante
perspectiva, un artículo de opinión que hemos leído en el New York Times.
LA TERRIBLE VERDAD SOBRE LA VIOLACION EN INDIA
New York Times 1 de Enero 2013
Durante 24 años viví
en Nueva Delhi, una ciudad donde el abuso sexual es tan regular como el
almuerzo. Cada día, en algún lugar de la ciudad, se cruza la línea hacia la
violación.
Como adolescente,
aprendí a protegerme a mi misma. Nunca estaba sola si podía evitarlo y caminaba
rapidamente, cruzando mis brazos a la altura del pecho, evitando intercambiar cualquier
contacto visual o sonrisa. Me abría paso en las multitudes usando mis hombros
siempre primero y evitaba salir de casa cuando ya había oscurecido, salvo si
era en un coche privado. A una edad en la que mujeres de cualquier parte del
mundo experimentaban con nuevos looks atrevidos, yo vestía ropa dos tallas mas grande. Aún hoy no puedo
vestir de forma atractiva sin sentir que me estoy poniendo en peligro.
Las cosas no
cambiaron cuando me hice adulta. El spray de pimienta no se conseguía, y mis
amigas –todas de clase media y alta como yo, llevaban alfileres u otras armas
improvisadas cuando iban a sus universidades y trabajos. Una de ellas llevaba
un cuchillo e insistía en que yo hiciera lo mismo. Me negué, y por algunos días
estuve tan llena de ira que lo hubiera usado, o lo que es peor, lo hubiera
usado contra mi misma.
El continuo sonido
de los silbidos, insinuaciones sexuales y amenazas continuaban. Grupos de
hombres holgazaneaban en las calles cantando canciones de películas hindúes
repletas de doble sentido, así era como ellos se comunicaban. Para dejar claras
sus intenciones sacudían sus pelvis hacia cada mujer que pasaba enfrente de
ellos.
Si solo los espacios
públicos fueran inseguros, pero en mi oficina en una renombrada revista, o en
la consulta del medico, e incluso en una fiesta privada no podía escapar de la
intimidación.
El 16 de Diciembre,
como ya todo el mundo conoce, una mujer de 23 años y su amigo regresaban a casa
después de ver la película “Life of Pi” en un centro comercial al sur oeste de
Nueva Delhi. Después de que tomaron lo que parecía un autobús de pasajeros,
seis hombres que había en el interior violaron y torturaron tan salvajemente a
la joven que sus intestinos quedaron destrozados. El autobús había sido una
trampa. Los violadores también dieron una paliza al muchacho que iba con la
chica y los lanzaron del vehículo a la cuneta.
Esta mujer,
estudiante de medicina, había comenzado aquella tarde viendo una película sobre
un superviviente, y también ella determinó sobrevivir. Entonces, se produjo
otro milagro: en Delhi, una ciudad habituada a la degradación de la mujer,
decenas de miles de personas salieron a las calles enfrentándose a policías,
bombas lacrimógenas y cañones de agua para expresar su rabia e indignación. Ha
sido la mayor protesta contra la violación en India hasta la fecha y se ha
convertido en una indignación nacional.
Para proteger su
privacidad, el nombre de la victima no fue publicado, pero aunque permanezca sin
nombre no permanece sin rostro. Para ver su rosto las mujeres solo tienen que
mirarse en el espejo.
Cuando tenía 26 años
me traslade a Mumbai. Comercial y financiera megalópolis, tiene su propia
problemática, pero ha sido culturalmente mas cosmopolita y liberal que Nueva
Delhi. Aturdida con mi nueva libertad, empecé a hacer reportajes desde el
distrito de prostitución así como cruzaba suburbios peligrosos a altas horas de
la noche en mi propio vehículo o usando trasporte publico. Parecía que algo
bueno había tenido vivir en Delhi: estaba tan agradecida por el comparable
ambiente de seguridad de Mumbai ,que lo aproveché al máximo.
Esta joven, sin
embargo, nunca tendrá tal oportunidad. Un sábado, 13 días después de que fuera
brutalmente violada, esta estudiante de terapia física, que tenia sin lugar a
dudas sueños de mejorar las vidas de otros, perdió la suya propia. Murió por
fallo multisistemico.
India tiene leyes
contra la violación, asientos reservados para mujeres en los autobuses,
policías mujeres y líneas telefónicas de ayuda a las mujeres, pero esas medidas
han sido ineficaces en una cultura patriarcal y misógina; una cultura que
considera que el peor aspecto de una violación es la deshonra de la victima,
quien no podrá conseguir un hombre que quiera casarse con ella, y cuya solución
es casarla con el violador.
Estas opiniones no
se ciñen solo a el ámbito privado sino que se expresan abiertamente. Durante
los meses previos a esta violación, algunos políticos destacados atribuyeron el
aumento de violaciones al aumento de
mujeres que usan teléfonos móviles y que salen por la noche. “Simplemente
porque India ha conseguido libertad en la medianoche, eso no significa que las
mujeres pueden aventurarse a salir después de el anochecer” dijo Botsa Satyanarayana,
el líder de the Congress Party en el estado de Andhra Pradesh.
El Cambio es
posible, pero la policía tiene que demostrar documentados informes de la
violación y el abuso sexual, y las investigaciones y los juicios han de
realizarse con rapidez y no permanecer esperando por años. De los mas de 600
casos de violación registrados en Delhi en 2012, sólo uno ha concluido en
culpabilidad del agresor. Si las víctimas creen que recibirán justicia, estarán
mas dispuestas a hablar. Si los potenciales violadores temen las consecuencias
de sus acciones, no arrancaran a las mujeres de la calle con impunidad.
El volumen de
manifestantes en público así como en los medios ha hecho evidente que este ataque fue un punto de
inflexión. La terrible verdad es que esta mujer atacada el 16 de diciembre fue
mas afortunada que muchas victimas de violación. Ella estuvo entre las pocas
que han recibido algo cercano a la justicia. Fue hospitalizada, su declaración
fue grabada y en cuestión de días los seis supuestos violadores fueron
capturados y ahora acusados de homicidio. Tal eficacia es totalmente impensable
en India.
En retrospectiva, no
fue la brutalidad del ataque a esta joven lo que hizo su tragedia inusual, sino
que un ataque tuvo, al menos, una merecida respuesta.
Por
SONIA FALEIRO
Desde la Inspiración Femenina pensamos que en
India, como en algunos otros países, ser mujer es la crónica de una muerte
anunciada. Se calculan en millones la cantidad de abortos selectivos realizados
en las tres últimas décadas, así como el numero de infanticidios femeninos es
muy elevado, al punto que según el último censo, entre los 1210 millones de
habitantes de la india solo hay 940 mujeres por cada 1000 hombres. Si la mujer
hindú sobrevive a esta primera etapa de la vida, la siguiente prueba será
sobrevivir a la sociedad patriarcal sustentada en un fanatismo religioso, que
ha hecho de la Madre India, un madre castrada y violada permanentemente por sus
hijos.
Esta noticia nos ha llenado de espanto, pero
el espanto nos lo debería de producir también el pensar cuantas muertes de este
tipo se habrán producido, y que mucho nos tememos se seguirán produciendo, en
un país donde sus viudas todavía se pudren en los ashram (os recomendamos la
película “Agua” de la directora hindú Depra Metha)
Pero además de la brutalidad de este
acontecimiento, que quedará en nuestra memoria, es igualmente reseñable el eco
que por primera vez en India ha tenido este suceso que, a nivel global ha
producido una toma de consciencia. Miles de manifestantes, tanto hombres como
mujeres, han salido a las calles pidiendo un cambio legislativo y una
aplicación de justicia. Consideramos esto de vital importancia, pero queremos
añadir algo más: las leyes están hechas por los hombres y ellos las aplican.
Por mucho que cambien las leyes, si la mentalidad no cambia, esas leyes nunca
se aplicarán. Este cambio de mentalidad le corresponde a los hombres y a las
mujeres, y estamos siendo testigos de un inicio de ese cambio de mentalidad que
sentimos que tiene que ser fundamental en la propia mujer, porque no podemos
olvidar que son las mujeres –indudablemente por el miedo al que están
sometidas- las que ocultan sucesos como este, que ocurren en el seno de las
propias familias. (Igualmente os recomendamos las películas: “La Fuente de las
Mujeres” de Radu Mihaileanu así como “Y ahora donde vamos” de Nadine Labaki.)
Más que nunca, la confabulación entre las
mujeres es de vital importancia. Así como ha ocurrido hace unos días en
Pakistan, donde otra niña, esta vez de 9 años, ha sido también brutalmente
violada y asesinada, y a pesar de que la madre había sido amenazada por los violadores,
decidió no guardar silencio. Este cambio social que se está produciendo en la
India se está expandiendo a sus países
vecinos y puede suponer no solo un cambio legislativo –que nos parece bien-
sino además un cambio de consciencia.
Este eco social no se debe a que fuera una
familia adinerada o importante la que ha sido perjudicada. Muy por el
contrario, su padre era un trabajador modesto del sector aviación y había
vendido unas tierras familiares para poder proveer de educación a sus hijos.
Que un padre, en India, venda unas tierras para que su hija estudie es también
un motivo de esperanza para un futuro cambio.
El hecho de que este suceso haya ocurrido en
la Madre India nos ha hecho reflexionar sobre el sentido de lo maternal, que la
sociedad patriarcal ha dejado relegado al mero acontecimiento reproductor. Maternidad a la que ha otorgado un valor
económico y social basado en el concepto de linaje y transmisión de apellido. A
partir de ahí, la mujer ha sido una mera mercancía de usar y tirar. Desde la
Inspiración Femenina pensamos y sentimos que el concepto de maternidad va mucho
más allá de la reproducción sino que abarca conceptos como lo solidario, el
consenso, la confabulación, la sanación, la acogida, la entrega y un largo
etcétera que la hace ser espejo de la Creación. Cuando la mujer sea considerada
desde este concepto amplificado de la maternidad, la vida de una mujer no será
crónica de una muerte anunciada sino la crónica de una esperanza de vida.
Gracias Inspiración Femenina, por dar una respuesta a este dolor tan grande que nos ha acompañado estas navidades. Es obvio que parece que los cambios se estan avecinando... pero ¿cuantas mujeres o niñas más tendran que pasar por este martirio, por este tipo de torturas para que los corazones de los hombres se sensibilicen?
ResponderEliminarLa barbarie sigue siendo barbarie. La indiferencia es menor. Las mujeres pierden el miedo, unidas se hacen más fuertes. Algunos hombres, muchos, cambian, acompañan y reclaman.
ResponderEliminarNo preguntemos los por qué, para algunas cosas no se pueden encontrar explicaciones. El regodeo en la violencia, el ensañarse contra el débil, el juntarse para abusar, es algo que nos es inconcebible. Sin embargo existe y es necesario que se exprese, que se comente, que se deje escrita una opinión, una posición, un grito de dolor... No sólo por esa joven de la India, sino por tus hijos, por tus hermanas, por tu madre, por tus nietos. Es urgente y necesario comentar, porque al dejar escrita tu impresión, es más difícil que tú sigas siendo indiferente. Es un ejercicio de sensibilidad, de toma de consciencia, imprescindible.
Gracias, Inspiración Femenina
!gracias inspiración! por recordarnos que todavía queda mucho por hacer, por sensibilizarnos hacia otras mujeres del planeta. Desde la posición de mujeres occidentales a veces se nos olvida que esta barbarie se esté dando tan frecuentemente en pleno siglo veinte y uno,en donde la equidad, el respeto, y la no violencia pareciera que es una utopía.Pero no podemos ni debemos perder la esperanza, los cambios son lentos, pero la respuesta que a tenido el pueblo hindú nos aporta un rayo de esperanza y a la vez de confianza, no en el sistema, porque ahora tendremos que esperar a ver cual es la respuesta judicial a esos violadores, pero sí en que la consciencia está cambiando.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Sin duda, habrá que seguir la pista de los acontecimientos para ver cómo culminan. Nuestra búsqueda esta llena de esperanzas, aunque incomprensiones también hay muchas. Pero vamos dejando una huella que, por el contrario a la de Atila, puede ser perfumada.Una huellaa que hace crecer lo que hasta ahora no ha nacido. Y todas nuestras huellas juntas van haciendo camino, van haciendo consciencia. Quizá queden mas de mil años y muchos más para que veamos ese camino, pero los primeros pasos se están dando. Caminamos...
ResponderEliminarCaminamos juntas... sí!
ResponderEliminarTenemos entonces la tarea de concentrarnos con ese ser maternal que esta en nosotros y que mantenemos escondido por tantas cosas mal aprendidas o mal transmitidas, sin culpar a nadie. Espero con mucha fe, que muy pronto todas las mujeres seamos respetadas como algo sagrado. Gracias a las chicas de inspiración porque este blog es muy instructivo y nos da pautas para conducirnos en nuestros espacios.
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